Últimamente están llegando a nuestra clínica muchos padres interesandose por los cólicos del lactante.
Vienen con un alto nivel de preocupación, por lo que hemos decidido escribir un artículo sobre este tema para aclarar algunas dudas e intentar ayudar un poco.
En primer lugar debemos decir que no todos los niños con gases tienen por qué sufrir un cólico del lactante.
Los gases durante los primeros meses de vida podrían considerarse como parte de la maduración del sistema digestivo y neurológico del bebé.
Para diagnosticar un cólico del lactante se suele emplear la regla de los treses:
- Los episodios de llanto deben aparecer antes de los 3 meses de vida.
- La duración debe ser mayor de 3 horas al día.
- Aparece más de 3 días por semana.
- Lleva ocurriendo desde hace más de 3 semanas.
El llanto suele comenzar a última hora de la tarde o por la noche, es inconsolable, de inicio repentino y puede durar desde minutos hasta varias horas.
Existen diversas teorías sobre la causa desencadenante de estos episodios. Entre ellas se encuentran, la inmadurez del sistema nervioso del bebé, la inmadurez de la mucosa intestinal o la alteración de su microflora, las malas posiciones durante la toma, la intolerancia a la lactosa y/o a la proteína de la leche de vaca, que el bebé sea prematuro, etc, pero la comunidad científica no se pone de acuerdo al respecto.
Es importante que se tenga claro que no se trata de una enfermedad. Las alergias alimentarias u otros problemas en bebés con este tipo de llantos, solo están detrás de un pequeño número de casos y se acompañan de otro tipo de síntomas que nos llamarían la atención.
Si vuestro bebé se muestra contento el resto del día, come bien y gana peso con normalidad no debéis preocuparos. El llanto por cólicos tiende a mejorar a medida que el pequeño crece y suelen desaparecer a los 3 o 4 meses de vida.
Aún así, podemos dar una serie de CONSEJOS para prevenir, mejorar y sobrellevar mejor estos momentos.
Un fisioterapeuta especializado puede enseñar a realizar un masaje preventivo al bebé. La intención es flexibilizar el tejido para facilitar la expulsión de gases y heces y así favorecer la funcionalidad del sistema digestivo.
Cuando el episodio de llanto se ha establecido, se recomienda que los padres y cuidadores cambien de posición al bebé: si esta boca arriba colocarlo de lado, mecerlo, acunarlo, darle un paseo en el cochecito sobre suelo pavimentado… Esto suele ayudar a que se relaje.
Proporcionarle calor en el abdomen. Basta con ponerle vuestras manos sobre su tripita mientras le tenemos en brazos aprovechando además para mecerlo suavemente. NO tengáis miedo a cogerles, no les vais a malcriar. Ellos agradecen tener vuestro contacto en esos momentos.
No se recomienda dar al peque ningún tipo de remedios caseros (infusiones, azúcar, anís…) porque pueden alterar en el tejido predentario del bebé y no se ha demostrado su eficacia. Quizá que nuestras abuelas insistan en que a ellas les funcionaba, pero nosotros amablemente lo vamos a rechazar.
Intentad mantener la calma, no desesperéis. Sabemos que escuchar llorar a vuestro hijo durante cierto tiempo puede alterar el ánimo de cualquiera, pero si estáis nerviosos el bebé lo notará y lejos de calmarse llorará más.
Y si nada de esto os funciona, recordad que un fisioterapeuta especializado puede ayudaros a mejorar estos episodios, evaluando la causa y mejorando la funcionalidad del sistema digestivo del pequeño con diferentes tipos de técnicas.
Desde el Centro organizamos talleres en los cuales informamos a padres y/o cuidadores de lo que es un cólico y enseñamos a realizar un masaje preventivo para poder ayudarlos desde sus casas.
Pinche aquí para ver el próximo taller